Pese al impulso que se le ha dado en los últimos años a la diversificación de la matriz energética mediante la inclusión de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), aproximadamente US$3.000 millones en proyectos actualmente sometidos a evaluación ambiental podrían no realizarse, debido a las que las restricciones que impone la ley los encarecerían en exceso, restándole competitividad frente a iniciativas de generación eléctrica más convencionales, como las centrales carbón o los proyectos hidroeléctricos de gran envergadura.
Según José Ignacio Escobar, vicepresidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables Alternativas (Acera)- gremio que agrupa a empresas e instituciones ligadas al desarrollo de las ERNC- actualmente hay unos 1.250 MW en proyectos -principalmente eólicos- en evaluación ambiental que podrían no concretarse si no se realizan cambios de fondo al marco legal existente.
"El marco regulatorio no crea los incentivos adecuados (para el desarrollo de estos proyectos) y pone un techo a la penetración para el 2024", dijo el ejecutivo.
Entre las cuestiones que deberían ser modificadas en la ley para mejorar la competitividad de los proyectos, Escobar señaló la necesidad de realizar una valoración de las externalidad producidas por el uso de combustibles fósiles -petróleo, diésel, gas natural o carbón- en la generación eléctrica, lo que a su juicio no permite la igualdad en las condiciones de competencia de entre las ERNC y las convencionales. A esto suma la obligación de vender su energía "a la competencia" y las rigideces que impone al financiamiento de los proyectos.
"Sin un adecuado marco regulatorio, nuestra visión es bastante crítica, no vemos mayores inversiones en ERNC en los próximos años, de ninguna tecnología. Solamente van a lograr entrar a competir proyectos extremadamente buenos, que son los menos, pero una inversión masiva no va a existir. Se va a hacer justo lo necesario para cumplir con la Ley", dijo.
Escobar señaló que la agrupación ha planteado sus inquietudes a la autoridad -y que se encuentran "conversando" para introducir cambios a la ley-, pero estimó que se deben realizar políticas más agresivas en vista de aumentar la participación de las ERNC en la matriz energética. La intención de la asociación es que las energías "verdes" representen un 30% del total de la generación actual de la matriz en el mediano plazo. Llevado a números actuales, esto sería aproximadamente unos 4.000 MW.
MITOS
El ejecutivo desestimó una serie de "mitos" respecto de la factibilidad y costo de implementar un mayor números de proyectos de generación eléctrica con ERNC en la matriz chilena. Señaló que diversos estudios demuestran que las ERNC no son una fuente de energía más cara que las convencionales, pues su principal costo es la inversión inicial, y no dependen de combustibles para funcionar.
A esto se agrega que permiten la independencia de combustibles fósiles. El ejecutivo señaló que el nivel de generación eléctrica de este tipo de proyectos no es "impredecible", sino que "variable", por lo que se puede hacer una planificación estratégica para su uso.
Asimismo, descartó que estos no se puedan desarrollar a gran escala, pues en algunos países ya representan entre el 15% y el 50% de la matriz energética.
Según José Ignacio Escobar, vicepresidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables Alternativas (Acera)- gremio que agrupa a empresas e instituciones ligadas al desarrollo de las ERNC- actualmente hay unos 1.250 MW en proyectos -principalmente eólicos- en evaluación ambiental que podrían no concretarse si no se realizan cambios de fondo al marco legal existente.
"El marco regulatorio no crea los incentivos adecuados (para el desarrollo de estos proyectos) y pone un techo a la penetración para el 2024", dijo el ejecutivo.
Entre las cuestiones que deberían ser modificadas en la ley para mejorar la competitividad de los proyectos, Escobar señaló la necesidad de realizar una valoración de las externalidad producidas por el uso de combustibles fósiles -petróleo, diésel, gas natural o carbón- en la generación eléctrica, lo que a su juicio no permite la igualdad en las condiciones de competencia de entre las ERNC y las convencionales. A esto suma la obligación de vender su energía "a la competencia" y las rigideces que impone al financiamiento de los proyectos.
"Sin un adecuado marco regulatorio, nuestra visión es bastante crítica, no vemos mayores inversiones en ERNC en los próximos años, de ninguna tecnología. Solamente van a lograr entrar a competir proyectos extremadamente buenos, que son los menos, pero una inversión masiva no va a existir. Se va a hacer justo lo necesario para cumplir con la Ley", dijo.
Escobar señaló que la agrupación ha planteado sus inquietudes a la autoridad -y que se encuentran "conversando" para introducir cambios a la ley-, pero estimó que se deben realizar políticas más agresivas en vista de aumentar la participación de las ERNC en la matriz energética. La intención de la asociación es que las energías "verdes" representen un 30% del total de la generación actual de la matriz en el mediano plazo. Llevado a números actuales, esto sería aproximadamente unos 4.000 MW.
MITOS
El ejecutivo desestimó una serie de "mitos" respecto de la factibilidad y costo de implementar un mayor números de proyectos de generación eléctrica con ERNC en la matriz chilena. Señaló que diversos estudios demuestran que las ERNC no son una fuente de energía más cara que las convencionales, pues su principal costo es la inversión inicial, y no dependen de combustibles para funcionar.
A esto se agrega que permiten la independencia de combustibles fósiles. El ejecutivo señaló que el nivel de generación eléctrica de este tipo de proyectos no es "impredecible", sino que "variable", por lo que se puede hacer una planificación estratégica para su uso.
Asimismo, descartó que estos no se puedan desarrollar a gran escala, pues en algunos países ya representan entre el 15% y el 50% de la matriz energética.
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